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jueves, 10 de mayo de 2018

FE de ERRATAS



                                   A las mujeres, a todas, no concibo la vida sin ellas


Esa absurda necesidad de ser mayor.

Ser un niño cuando una mujer esperaba un hombre.

Aprender muy tarde que conocer a fondo a las personas y descubrir los más íntimos secretos de uno se llama decepción.

No haber suplicado a aquella mujer que me apresase, porque la libertad es, en ocasiones, la asesina de la felicidad.

Las conversaciones tan hermosas que he tenido con mi padre habiendo esperado a que ya estuviese frío, muerto.

Ser tan cretino por juzgar a mi madre por haber sido mejor mujer de acción y rompe y rasga que madre.

No haber dicho a mis correligionarios que estaba dejando de creer en ellos y eso me hacía sentir más auténtico.

Haber dejado al tiempo y los dioses matar
a quien yo tenía que haber disparado una rosa en la sien.

Huir por la espiritualidad cuando ella demandaba un macho.

No lograr hacer sentir a mis hijos que moriría y mataría por su sabiduría, salud y felicidad.

No haber escupido en la boca a alguien porque no era un hombre y presumir de creer en la igualdad.

Obtener tal lucidez bebiendo que me haya costado tanto alejar de mi vida el alcohol.

Callar cuando es la primavera de las palabras y predicar cuando es el otoño de los silencios.

No creer en dios, en dioses, cuando me siento tan frágil.

Desconocer la papiroflexía, la física cuántica y el punto "g".

No haber sido nunca el hombre que imaginaron los que me quisieron y las que me desearon.

Alcanzar la vejez a la vez que pierdo la fe en mi inmortalidad.

FE DE ACIERTOS
Pasito a pasito voy aprendiendo a amar
hasta que llegue al mar y se acabe el paseo.


Mariano Crespo



               

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