El final de la primavera
me invita a hablar de ella.
Como una despedida
que es un encuentro a la inversa.
me invita a hablar de ella.
Como una despedida
que es un encuentro a la inversa.
Tengo un dolor en las
articulaciones,
en donde se hacen flexibles las ideas.
en donde se hacen flexibles las ideas.
Una nube en el ojo
izquierdo
que me produce una mirada tuerta.
que me produce una mirada tuerta.
Una mirada que no es
neutra
y me impide,
al través de la ventana,
ver nítido el laurel
con su orquesta
de mirlos,
pero, brillantes como patenas,
me muestra
los cubos de los residuos
gaseosos y urbanos
que me dejan estos calvarios
con su últimas cenas.
y me impide,
al través de la ventana,
ver nítido el laurel
con su orquesta
de mirlos,
pero, brillantes como patenas,
me muestra
los cubos de los residuos
gaseosos y urbanos
que me dejan estos calvarios
con su últimas cenas.
Es primavera,
mas no vivo en la Lisboa
de abril del 74,
ni en el 68, en aquel París de mayo,
ni en una sitiada Atenas.
Vivo aquí,
o mejor, moro aquí,
en un mes en flor cualquiera.
mas no vivo en la Lisboa
de abril del 74,
ni en el 68, en aquel París de mayo,
ni en una sitiada Atenas.
Vivo aquí,
o mejor, moro aquí,
en un mes en flor cualquiera.
Esperando a ver si esta
estación
me cambia algún invierno
por un boleto de vuelta.
me cambia algún invierno
por un boleto de vuelta.
© Mariano Crespo
No hay comentarios:
Publicar un comentario