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viernes, 9 de enero de 2015

Las campanadas de 1974


Era 1974 
y en París 
me cobijé en un bar 
en el que cada noche 
celebraban el nuevo día
con las doce campanadas. 
Allí me besó una desconocida 
en francés,
idioma en el que había sacado
siempre una buena nota
pese a que no sabía meter la lengua. 
ni siquiera en la boca.

Era 1974 
y un año después 
se murió un déspota.

Alguna vez he pensado 
que tal coincidencia 
no hubiera sido casual
sino fruto de un deseo 
solicitado a la luna parisina
por aquella chica hermosa.
Porque yo, como hombre que soy,
no puedo pensar
y mucho menos desear 
al mismo tiempo
dos cosas.

© Mariano Crespo


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