Cuando trabajas con palabras
o con piedras
bajo cada pieza
los días de bonanza
hay una posible historia,
un relieve, una leyenda.
Basta acariciar cada capa
y las mujeres empiezan a tener nombre
y biografía las estatuas.
Hay, por descontado,
días aciagos
en que las piedras
te sugieren la palabra piedra
y las palabras están huecas.
Esos días
se narra la propia impotencia
y por una razón que desconozco
surgen los mejores poemas.
Tengo pavor
a que la vida,
el arte,
la belleza
sean una absurda ocurrencia.
© Mariano Crespo
o con piedras
bajo cada pieza
los días de bonanza
hay una posible historia,
un relieve, una leyenda.
Basta acariciar cada capa
y las mujeres empiezan a tener nombre
y biografía las estatuas.
Hay, por descontado,
días aciagos
en que las piedras
te sugieren la palabra piedra
y las palabras están huecas.
Esos días
se narra la propia impotencia
y por una razón que desconozco
surgen los mejores poemas.
Tengo pavor
a que la vida,
el arte,
la belleza
sean una absurda ocurrencia.
© Mariano Crespo
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