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domingo, 20 de abril de 2014

Al otro lado del poema



Al otro lado del poema

en la espesura del bosque sin respuestas 

espera un amaestrador de cometas

y un salvaje que piensa.


Al otro lado del poema

aguardan las pegadizas canciones
 

que suelen cantar las maestras
 

y los golosos laberintos
 

que aprenden a tejer las doncellas.
 



Al otro lado del poema
 

el dedo rasga la arena
 

la mano sostiene la pluma
 

y la cabeza vertebra la frase


que acoja un nido o una idea.
 


Al otro lado del poema 

en el dorso del planeta
 

sobre el pubis deseado
 

y las cerradas puertas.
 



Al otro lado del poema,


tras la mansión violeta de las flores muertas,


hay una calma tensa de tormenta que no llega,


un tren de madera varado en un mar sin mareas,


unos cisnes que posan para decapitadas muñecas


y los besos malditos, sin nombre,
 

que una coral de niños rescata y colorea.
 



Al otro lado del poema
 

nos contempla con su túnica negra


una conversación pendiente,
 

en la madrugada de la chimenea,


con los deseos que todavía te adeudo


y las víctimas de nuestra fiesta.
 



© Mariano Crespo

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