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lunes, 27 de mayo de 2013

Ars Moriendi




Condenados a hacer testamento vital
hiriendo la corteza de los álamos.


Al borde del precipicio, en el límite
de fuerzas, versos y víveres.



Con la herida purulenta del alma

exhibida en el museo de la carne.



Comprendiendo, a la postre, que los buitres

y las cigüeñas pregonan distinto mensaje.




Fuera de nuestro alcance la barbarie,

nos abandonamos al impudor de los cadáveres.



© Mariano Crespo Martínez




                    


                      

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