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viernes, 24 de agosto de 2012

De cuando fui Eolo



Los marineros de tierra adentro
teníamos cuadernos astilleros
y unos barcos cuadriculados
sin patrón ni marineros.

Nosotros eramos el viento
el rio, la bocas de riego.

De cuando fui Eolo me quedam
las uñas sucias
las rodillas magulladas
unas aladas botas de agua
y esa atracción por el lodo.
 
 

 © Mariano Crespo Martínez



                      

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