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domingo, 24 de junio de 2012

Esa imprecisa edad sin calendario





 Una mujer que me quiere
se burla, con cariño, llamándome
viejecito.

No me preocupa la edad.
Soy más joven que los muertos.
 
Si me hace mella un lugar sin geografía
que no tiene dígito concreto
y no se llama joven ni maduro ni viejo.


Hay una edad en la vida que,
como en las pistas de despegue,
se te indica que ya no hay camino de retorno.

Si como es mi caso, la has pasado, sabes de qué dolor seco hablo.
 


 © Mariano Crespo Martínez 


                

                             

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