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jueves, 10 de mayo de 2012

Plenilunio en el delirio






Vivo de noche.


-Adoro el álgebra-

No sé por qué me llaman lunático.

-Abomino la sopa fría de estrellitas-

Solo quiero ver lo que es luz llena.

-Las luces fluorescentes hieren-

Una luz que crece

-Los pasillos son como un ajedrez.
y que también mengua.  


Que me llamen noctámbulo.
Nocheo de vida.
Alunizo en plenilunios.
Tengo cara oculta.
Estaba solo como ella.

Y ella vino en septiembre,
luna roja de carmín,
luna negra.
Sus labios atacaron mi boca
que sorprendida, desarmada,
saco bandera blanca
y se rindió a su beso
como una anexión
de saliba y espuma.
Ahora soy el amante
prisionero de la luna.


Pero no se asusten.

-el médico viene por las mañanas-

Si me conocieran bien

-las monjas son putas y malas-
 

me llamarían vidático.

- no me gusta que me den corrientes en la cabeza-
 

De vida llena.

-tengo una estampa de la virgen del Carmen-

De vida que crece.

-los domingos ponen paella-

De vida que también mengua.



No se enamoren de la luna,
es lunatíca pérdida
y la pobre no lo sabe,
y estos hombres que se rien
también lo ignoran.

Pero al amanecer me dan leche templada,
blanca como mi luna,
y unas lunitas llenas, pequeñas
en desayuno, comida y cena.


 © Mariano Crespo Martínez

            
                                

1 comentario:

  1. Gran homenaje a tantos "vidáticos" encerrados que deambulan por pasillos angostos matados por luces fluorescentes.
    Demoledor. Triste. Grande.

    Gracias, Mariano.

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