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domingo, 27 de mayo de 2012

La memoria de la ingratitud




Tenía un corazón municipal
y una bragueta global.

Nunca entenderé la mezquindad
 
de los hombres a los que prodigó
su  natural esplendidez
y las muchas mujeres
de las que fue exquisito guía
por los caminos del placer
y en plazuelas y mentideros
murmuran heces de él.

Hay damas que cuando se recogen
modifican no solo su propia biografía
sino la de los demás.

Hay caballeros que cuando se instalan
pierden memoria de su pasado
como por azar.


© Mariano Crespo Martínez



               

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