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martes, 22 de mayo de 2012

Don Domingo, el de la patilla tiesa




Le llamábamos don Domingo
el de la patilla tiesa.
Le decíamos así,
tan crueles,
porque usaba unas gafas
de pasta con una sola pierna.
 

En todo el curso, don Domingo,
y su delgado monedero
no pudieron evitar
que su gafa no fuese cojita
y con celofán mantenida
a flote en el vértigo de la cara.

Era y es mi colegio público,
el "Manuel Sainz de Vicuña",
en Moratalaz donde juega
mi niñez y come pan y quesillo.
En donde hay un guá
para mis canicas
y un círculo para la peonza.

Ahora, me dicen,
le quieren quitar a don Domingo,
y a nosotros, sus niños,
la otra patilla
porque quieren acabar
con la enseñanza pública.

Y eso si que no
que no me toquen la infancia
ni la de mis hijos.

Ni le intentan robar
el sostén de sus gafas
a mi maestro, don Domingo,
el de la patilla tiesa.
 

 © Mariano Crespo Martínez 

 
               

3 comentarios:

  1. Quien no ha tenido un don Domingo en su vida.
    Que facilidad tienes para activar nuestro disco duro. Genial:)Me emocionaste como tantas veces.
    Un beso querido Poeta.

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  2. Yo tuve a don Domingo y una escuela publica de primaria. En mi barrio no había bachiller y me tuve que ir como monaguillo que era al seminario de los pobres a Palencia.
    Conozco todos los modelos de educación y hay que salvar la pública. Pero un dia hablaremos de más dimensiones del problema. Cuando me pagues un café por ejemplo.
    Un beso.

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    Respuestas
    1. Será un placer hablar largo y tendido contigo.
      El café, a mi cuenta, por supuesto.
      Seguiremos luchando por la enseñanza pública
      y todo lo publico. Un beso querido Poeta.

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