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lunes, 19 de marzo de 2012
Eso que dicen ser padre
Decían que para realizarse
parecía necesario
plantar un árbol,
escribir un libro
y tener un hijo.
Es una obviedad.
Un lugar común,
- que limpio huele a lejía
y sucio a demasiado manido-
como los retretes.
No me parecen esfuerzos homologables.
Tener un hijo
es hacerse un seguro de zozobra
vitalicio e intransferible.
Una cura de humildad
con tratamiento crónico.
El tránsito de los sueños al insomnio.
El paso de "papá" a "el viejo".
Del te quiero con renglones torcidos
al no tienes derecho a meterte en mi vida.
Creánme,
no hay mejor vacuna contra el ego
que contribuir a fabricar
al llamado a ser su asesino
y estar orgulloso de eso.
Ah, nunca le faltarán dibujos,
corbatas, calcetines
y algún que otro día extraño
que, por no ser precisamente rutina,
te hace brillar los ojos
y pensar:
qué más da,
mereció la pena.
© Mariano Crespo Martínez
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