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viernes, 10 de febrero de 2012

Nocturno


Usted y yo sabemos que vivir de día es una sombra.
 

En la noche tiene su guarida la amenaza.
El desvelarse con la realidad transformada en pesadilla.
Se hilan los argumentos para romper un corazón.
los adjetivos que dan el discurso a los reproches.
En la noche el camión de la basura
no realiza con rigor su trabajo. Hay brujas
con verrugas preparando pócimas y maleficios.
En la noche, hay dormitorios, que están en capilla
para dar a los restos del amor, de madrugada, el paseillo.
En la noche se cierra el trato, se prepara el golpe.
No salgas de noche a pasear por el pasillo.
En la noche, la amargura te hace compañía,
y se cocina la venganza que, al alba, se sirve fria.
En la noche rezan otra leyes, gobiernan otros códigos,
las noche es tan asquerosamente sincera como sombría.
En la noche se culmina la impostura se afila
el certero cuchillo de la mentira, se tortura la inocencia,
se prepara en los mapa del rencor el lugar de la emboscada.
En la noche se admite que estás solo y en desamparo,
que la persona del otro lado de la cama ya no es nada.
En la noche suenan las sirenas, callan las campanas
y se realiza el ensayo general de la injuria y la estafa.
Luego, el día es la representación con público
de una obra teatral perfectamente preparada.
A eso le llaman destino y te conviene suplicar,
por ser el el decorado, el secundario,
y no el actor escogido para protagonizar el drama.
 

Usted y yo y Platón sabemos que vivir de día
es la sombra de la caverna.

 

MARIANO CRESPO

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