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lunes, 27 de febrero de 2012

Los relojes son raros



¡Olvida esta cara, esta casa y esta calle!
Luego cerró la puerta de su vida
y tiró las llaves.
Los finales trágicos
son los principios
de nuestras mejores novelas.
Las lágrimas
nos lo ocultan durante
unas largas y frías noches.
Los relojes son raros
porque el tiempo
ni les deja olvidar
ni les hace enamorarse.


© Mariano Crespo Martínez

                        
                  

2 comentarios:

  1. precioso poema Mariano, pero yo no creo en el olvido, nunca se olvida del todo aunque parezca que si.

    Ya te he dicho que me gusta mucho como escribes no?, besos

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